Hiding place

Hiding place
Hide me from any, sorry! everyone

domingo, 13 de noviembre de 2011

MOre

No sé qué estoy haciendo. Dejando que las cosas sigan su curso, supongo. No estoy parando nada, como normalmente lo haría y entonces hay varias cosas que parecen ir por un camino paralelo.
No sé qué estoy haciendo: nos vemos, me llamas, salimos, y ya sabemos, por lo menos en ciertos casos, para dónde va todo esto... Nada serio, solo pruebas que quedan gustando.
No sé qué estoy haciendo, y no tengo la más mínima intención de parar, aunque me sienta rara, aunque no sepa qué me espera después, si es que alguien va a esperar. Aunque crea que después, sobre todo, pueden llegar reproches. Míos, incluso.
Después, después...
Let's give the future the chance to be.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Demasiado!

Esto es más violento: dejar al que está preparado para utilizar cualquier clase de armas, sin argumentos para usarlas.
Pero si solo están ahí para eso, para defender el orden, el estado de cosas y están equipados y preparados para lo peor. Por algo tienen en su casco el tipo de sangre, no sea que alguno se muera desangrado en la calle y linchado por la multitud. Estos señores, además, son los que más protección tienen, son anti-motines, tienen varios escudos: toda su ropa con el casco es uno, el escudo grande con el nombre de la institución dos y las armas tres.
Entonces toda la preparación para 'mantener' la democracia, como diría Plazas Vega cuando entraba al Palacio de Justicia con tanques y todo; ¿de qué sirve?. Después, ¿no te replanteas lo que obedeces si, esperando lo peor, te encuentras con esto?
Esta imagen da cabida al cuestionamiento y por eso es más reaccionaria que cualquier otro tipo de manifestación.
Ésta, la simbólica, es la única violencia que necesitamos.

La segunda impresión es la que cuenta

Me han contado que las niñas, en un intento desesperado por cambiar una mala primera impresión, aceptan que las inviten a salir en el día para poder despreciar los besos que le pedirá el desconocido que tan apasionadamente besó en la noche.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

αρετή

Que mi único punto medio es producto de la combinación de uno y otro extremo.
¿Tienes suficiente de este lado?
Ya veremos...

jueves, 20 de octubre de 2011

miércoles, 19 de octubre de 2011

¿!?

No tengo ganas de hacer nada. Me siento un poco asfixiada. Me impresiona la facilidad con que mis sentimientos cambian por ciertas actividades cuando tengo que hacerlas, y se imponen sobre lo que quiero hacer. No necesariamente porque no concuerden, sino porque suplantan el deseo, el mío, y le imponen límites de todo tipo que hacen, de lo que quería hacer, algo lejano. Lejana, ¿se acuerda?.
Ha pasado con las clases de literatura que he visto. También con las de arte. Sí que odio sentir que lo que estoy haciendo lo hago porque alguien más lo pide y no porque quiero, porque me nace. Incluso así, sabiendo eso, siempre vi las clases de literatura y arte como electivas y... estoy estudiando filosofía. Después, claro, cuando las tareas no obligaban, les/me daba una tregua y volvía. A pesar de la ya conocida consecuencia que tiene en mí esa obligación externa, sé también que necesito ponerme metas externas para poder cumplirlas... Y definitivamente mi voluntad es variada y hay veces, como estos días en que necesito adelantar tanto y entregar tantas cosas, en que no quisiera hacer nada; y no sé en qué pensar o qué inventarme, para engañarme y obligarme a hacer lo que tengo que, en el tiempo que piden.
Este findesemana estuve en mi casa, que siempre resulta una delicia, un descanso; y me dieron ganas de vivir como mi hermano: un poco desubicado, pero ante todo, incapaz de obligarse. Incapaz de no hacer lo que él quiera. Y sí, teniendo más tiempo, más fines de semana para dedicarlos a lo que uno quiera, sin tenerse que preocupar tanto por las consecuencias, por los trámites, por el tiempo, por lo serios que se vuelven los asuntos sin serlo, ahh...
Y es verdad que hay que pensar en la vida, en cómo vas a hacer para (sobre)vivir, en oportunidades, en posibilidades, en responsabilidades; pero y ¿vives?. Esa es la pregunta, la que ahora no sé cómo responder. Vivir, solo puede tener definiciones artesanales, cambiantes, muy íntimas. Nada de condiciones suficientes y necesarias que te protejan de inconsistencias lógicas.
Volvamos. La idea de volver las cosas tan serias y abarrotar a la gente de tanto trabajo inútil [quiero decir demasiado útil, solo útil], y ya estoy pensando en una clase de complot, es que no se tenga tiempo ni ganas para hacer algo después: para leer, para protestar, para escribir, para pensar; nada, solamente para dormir, para morirte un ratico antes de que amanezca y vuelva y empiece.
Esta tarde estaba leyendo una noticia sobre Juan Esteban Constaín, quien se ganó el premio Espartaco de novela histórica, con '¡Calcio!', un libro que relata lo que podría haber sido el primer partido de fútbol. Según lo que leí, esta novela empezó como una obsesión cuando, estando en Florencia, Italia, presenció lo que generaba en la ciudad la semifinal de la UEFA. Lo que más me gustó del artículo es que Constaín decide dejar de lado el objetivo por la que estaba en Florencia: terminar su doctorado; y comienza a investigar sobre el origen del fútbol, que después se convirtió en base para escribir la novela que lo hace acreedor a este premio.
Cae entonces, este artículo, justo al lado de esta sensación de malestar. Mejor justo detrás, para impulsarla.
Por ahí había dicho que tenía problemas con el tiempo. Más precisamente, tengo problemas con el presente que siempre tiene que estar a merced de lo que no es, sacrificándose.
Go.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Esta ausenSia duele...

jueves, 1 de septiembre de 2011

Y se me había olvidado qué era estar al lado de mujeres muy falsas, esas que ni siquiera son capaces de esperar a que estés lo suficientemente lejos o a que hayas parpadeado lo suficientemente lento para que no oigas los comentarios o veas los labios que se deforman y los ojos que parecen desorbitarse. Esas que además, no pueden verte con un hombre sin hacer comentarios de niña de 5 años que parece nunca haber hablado ni con su hermano.
¿Y eres de manizales, no? y tú, ¿me dices que eres de un colegio católico, eh?. Ahhh ya, haciéndole honor a los injustos estereotipos que alguna vez tuve. Dejen que ya vuelvo a recordar qué es lo que hay que hacer en estos casos...
¿Casada, en serio? y ¿con hijos?. Esto sí no lo esperaba, que a falta de una conversación con tu hermano, hayas podido cosechar una relación con frutos, vea pues...
En todo caso, me tiene sin cuidado qué digan de mí, si dicen algo; pero sí me emputa la hipocresía descarada de la que he sido testigo estos días.

martes, 23 de agosto de 2011

lunes, 22 de agosto de 2011

Mareada. Un poquito no más.
Te asfixias por entrar y ya dentro, ya dentro estás encima de alguien y quieres salir cuanto antes.
La puerta empuja para que entres, y oyes cómo las galletas se vuelven migas. Galletas no más.
Bien por ahora: no sé ni qué está tocando mi mano en este momento, ni qué me toca a mí, pero está bien. Alguien sale y el espacio de uno lo quieren tres. Entran partiéndote en dos, pero me quiero ver llegar. Creo que me puedo dar aire solo pensándolo y cierro los ojos, sin pensar en que se me doblan los pies y en que se me baja todo. Piensa, piensa, respira fuerte, no, mejor no: huele a profesora de quinto: perfume dulce que marea más. Pien...
.
.
.
Encima de un tipo que he estado evadiendo en este roce constante. Palabras a lo lejos que piden una silla. Tengo frío: puta! siento las manos del man bajándome el buso que subió a mi nuca mientras yo bajaba el piso o intentaba hacerlo dejándome caer, porque no hay espacio sino para estar parado. Tengo el buso en la nuca y siento las manos del señor, que además me sientan. Gracias. Le pido el bolso a una mujer que amenaza con dejarme ciega con el botón de su pantalón. De pronto era su silla, debo correr el riesgo.
Esta vez manos y gente antes que cemento duro y frío. Bueno, uno provoca morados en el cuerpo, el otro miradas. Da igual, no es cosa de decidir.
Segunda del mes.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Ninfa

(Del lat. nympha, y este del gr. νύμφη).

1. f. Mit. Cada una de las fabulosas deidades de las aguas, bosques, selvas, etc., llamadas con varios nombres, como dríada, nereida, etc.

2. f. coloq. Joven hermosa.

3. f. coloq. cortesana (mujer de costumbres libres).

4. f. Zool. En los insectos con metamorfosis sencilla, estado juvenil de menor tamaño que el adulto, con incompleto desarrollo de las alas.

5. f. Guat. y Méx. nenúfar.

6. f. pl. Labios pequeños de la vulva.

~ Egeria.

1. f. Consejero o director de una persona, a quien impulsa de manera sigilosa o poco ostensible. Se dice por alusión a la ninfa que se supone inspiraba a Numa Pompilio sus resoluciones.

lunes, 1 de agosto de 2011

Babosóloga especializada en sales

  1. Perdí una materia en la que me había esforzado mucho por entender, por hacer las cosas bien y por no decepcionar. Profesor, ¿porqué perdí el curso?- Porque no me entregó el trabajo final- Pero, porque no podía o porque no quería?- Porque no quería. Nice, nice, me sentí budista, por haberme esforzado tanto sin decidir llegar al final, en el que me daban el premio, el reconocimiento en numeritos. Budista como hacer imágenes con arroces de colores por años, para barrerlos justo después de que termina: ¡ésto no vale nada! Más el camino, más el camino.
  2. Tan insípida compra que quiero devolverlo. Sin embargo, tú siempre le das sabor. Muchas gracias.
  3. Te amo mucho, siempre me ha parecido redundante.

domingo, 24 de julio de 2011

[¡You bitch!. ¡How come you're dead!]
This is how selfishness looks like...

Exceso

(Del lat. excessus).

1. m. Parte que excede y pasa más allá de la medida o regla.

2. m. Cosa que sale en cualquier línea de los límites de lo ordinario o de lo lícito.

3. m. Aquello en que algo excede a otra cosa.

4. m. Abuso, delito o crimen. U. m. en pl.

5. m. exceso de peso.

6. m. ant. Enajenamiento y transportación de sentidos.

~ de peso, o ~ de equipaje.

1. m. En los ferrocarriles y otros medios de transporte, la demasía en el peso del equipaje, respecto del número de kilos que se conceden gratuitamente a cada viajero.

~ de poder.

1. m. Der. Vicio por ilegalidad del acto administrativo.

en ~.

1. loc. adv. excesivamente.

por ~.

1. loc. adj. Dicho de una diferencia: Que consiste en sobrepasar lo establecido como normal. U. t. c. loc. adv.

y otros ~s.

1. expr. coloq. U. para terminar una enumeración de cosas reprochables o malas.

jueves, 14 de julio de 2011

Detalles

Hay cosas que no se pueden decir, solo mostrar. Abre la posibilidad, aún más, a distintas interpretaciones. 
Blur.

martes, 5 de julio de 2011

jueves, 30 de junio de 2011

domingo, 26 de junio de 2011

Ah

A uno le toca oir muchas bobadas. Cuando la gente habla tanto, es algo inevitable. Por ejemplo, en este preciso instante escucho 'te amos' y 'me encantas, 'no me canso de decírtelo' y 'seremos novios así no nos veamos', y 'te estaba pensando pero no me atrevía a llamarte' de una noche de mucha saliva, en la que casi toda, estoy segura, fue utilizada como insumo para la labia y las alabanzas a las que deben recurrir para ganarse una sonrisa; el otro poquito, se va o viene reclamando el premio por el que su boca había decidido secarse de esa manera.
Las reuniones familiares me divierten de muchas formas.
Primero, está eso, primos lejanos que deciden conocerse y las primas que siempre se hacen esperar y ponen pruebas de las que son el premio.
Segundo, lo cual pasa de ser divertido a ser incómodo a su antojo, es la cantidad de gente desconocida que por alguna extraña razón tiene idea de quién es uno e incluso a veces dan nombres que siempre logran hacer referencia a una persona que pertenece a este amplio núcleo familiar.
Y bailar, bailar salsa, bailarla con alguien que sepa, con alguien que te haga dejar de sentir la parte baja de tu espalda por la forma en la que debes bailar: moviéndote para seguir el ritmo, para seguir las órdenes de una de las manos.
Además, me gusta cómo bailar se vuelve en un momento de tregua, en el que no se mira o se piensa nada y solo se siente el momento, se vive...

viernes, 24 de junio de 2011

Gajo

Sin saberlo, la gente que conozco, se conoce, de una u otra manera, entre sí.
Mi voluntad es nula. Eso, así haya dicho que no subía. Mi voluntad es nula, muy inservible si no logro dividirla en pequeños gajos. ¿O es que acaso no subí después, como pude, porque el tramo de tiempo ya era demasiado largo?.
1Gajo
No quería escribir sobre esto pero me obligo, ¿porqué? porque sí, punto: resulta que sí tengo voluntad, pero no siempre la misma. Sin mojigaterías pues. Todo o nada. Sin jugar con lo que pasa, quitándoles la existencia cuando las borro de la memoria, es decir, de los relatos, los míos. Quepa decir que este gajo es jugoso porque nadie más sabe de esto, porque nadie se acuerda y solo yo reuní los pedacitos al otro día. Reuní los pedacitos, bueno, los limpié, después me limpié yo, con agua y con jabón, pimpón y pregunté qué había pasado: 'todo bien que no pasó nada'.
Uy, qué dicha dormir de lado y no hacia arriba.

miércoles, 15 de junio de 2011

"...cuídese mucho, quiérase mucho; [...]"

Sobre los consejos que no entiendo: solo a veces, se sabe que siempre no se puede.
Eso, si es que alguien puede, que lo haga otro. Siempre he pensado que el mérito sería ese, no quererlo por lo que los demás podrían, sino a pesar y sobre todo por toda la mierda que pueda venir detrás.
Si me quieres, si quieres lo que nadie más querría, you've to be sure you have nothing to loose.

martes, 14 de junio de 2011

Break free

Para qué mentir diciendo que no sentí nada cuando lo esperaba, si la verdad, y usted la sabe, es que en eso se me fueron los días. Al final, solo hubo razones, justificadas o no, que dejaron ver su falta de interés y la demasía del mío...
Y eso era lo que faltaba, que usted y no yo, fuera el que me hiciera sentir triste, el que me hiciera llorar. Porque al fin y al cabo, siempre he sido consciente de mi falta de voluntad o capacidad para poder salir del evitable embrollo en el que estaba, producto de unos cuantos arrepentimientos y de mis ganas de encajar en ciertas experiencias. Faltaba que tuviera que escribir onomatopeyas de la risa cuando lo que me quitaba el aire era la exigencia de silencios prolongados. No lo podía creer, ¿cómo es que uno puede querer tanto que pasen ciertas cosas que al fin al cabo dependen de otro?, ¿cómo es que uno decide dejar que el otro tenga esa capacidad, sin merecerla siquiera, de cagárselo a uno y dejarlo vuelto mierda cuando diga 'no pude', 'lo siento', 'eres buena, pero... (mil opciones)' [!], ¿Cómo así? Desde cuándo pues? [Nononono, sin ese tipo de preguntas que ya sabes que las cosas no dependen solo de ti, miamor]
Bueno, pero se me perdió la conclusión en este ‘detallar’: algo se puede quebrar y algo se quebró. Eso, el 'seco' desplante fue lo que quebró de alguna manera el cariño, de pronto malsano, que le tenía. Las cosas cambiaron. Yo no lo supe sino hasta unos días después, cuando minutos antes de verlo no sentía nada recorriéndome el cuerpo.
Bien entonces. Que las ccosas dependan de dos no es tan grave; de hecho es lo que logró romper lo que yo nunca pude hacer, de manera tan eficiente, sóla.

jueves, 19 de mayo de 2011

Nuevamente, me encuentro escribiendo estando triste. Pienso que no es justo con la felicidad, no tiene tantas entradas, ni tantos recuerdos en este lugar. Pero creo que es mejor, no porque sea depresiva, nono; sino porque, eso, que escriba más estando triste que feliz, puede querer decir que disfruto los momentos felices y escribo sobre los tristes para tratar de darle un orden a lo que se revuelve dentro de mí, para hacer una sombrilla de letras: eso es esto.
No terminé la entrada, decidí también vivir el momento triste. No sobra escribir que la tristeza fue incondicionalmente acompañada y compartida por personas que confían en mí de tal manera que no tengo opción distinta a esperar cosas mejores, que no me queda opción sino confiar, aunque me cuesta y no sé por qué, en lo que pueda hacer. Deben ser esas ganas de llevarle la contraria a sus mayores, la rebeldía. Na, estoy jodiendo, agradezco la compañía constante, la entrega irrestricta por facilitar el camino, por permitirme ver la apertura de ciertas puertas, que al final se cerraron en la cara: Muy bien, pero... (maldito 'pero' que te tirás todo lo bueno: 0 y van 2!). Te esperamos en una próxima ocasión, la cara de lo siento, pobre, ah!, todo bien, que yo ya pasé por esto anoche, relajate, sin palmadas en la espalda, sin lástima. Bien, bien vieja, que las cosas no son tan fáciles-que nunca lo fueron, no esta vez- que habrá mejores momentos...
Y sí, tú que tienes la posibilidad de creer las cosas con tal fuerza que se vuelven realidad, al otro día se abrió otro marco por el que paso, contenta y asustada al mismo tiempo.
Al final, no hay nada de raro en que sea tan familiar, de que me encante navidad y pasar un rato con ellos. Resultan, a veces, momentos realmente auténticos. Y por eso, por eso vivo yo.

sábado, 30 de abril de 2011

[Y siempre es mejor hacer que escribir.
Si alguien habla de la importancia del ejemplo, no está hablando más que de eso: de mostrar antes que de hablar.

lunes, 4 de abril de 2011

Demasiado fuerte

Demasiado fuerte todo: las sensaciones, las posibilidades: lo definitivas, la situación: la descripción, lo inesperada, tu que lo que estás viviendo.
Espero todo salga bien. Aunque 'bien' en estos momentos parezca no tener digno representante.

domingo, 3 de abril de 2011

Succumb to my desire

Estoy en la cama, dando vueltas, entre dormida y despierta. Queriendo estar más dormida que despierta aunque la cobija no sea suficiente para impedir que me dé frío. El hecho de que no tenga pantalones aumenta esta dificultad.
Me despierto finalmente, y me pongo un pantalón que era de mi hermano, alguno de uno de sus colegios. El cuarto en el que estoy parece más grande, está distinto. Cuando miro más de cerca me doy cuenta que no hay un balde que justo la noche anterior utilicé para lavar una falda que ya no recuerdo cómo se ensució tanto. El balde no está. Entro al baño y encuentro la ducha, con una división que me llega hasta la cintura. La ducha, que ahora parece un pozo, está llena, con la falda ahí, todavía en la superficie por no estar lo suficientemente mojada para hundirse más.
Salgo del cuarto y voy a la cocina, a almorzar. Como maní. Después vamos a un concierto donde no hay una clara diferenciación entre los músicos y aquellos que solo escuchan. El auditorio, aunque tiene una tarima frente a la cual se elevan diagonalmente varias sillas, no es usado de manera que estén separados artistas y audiencia. Veo cómo, mientras tocan, interpretan ciertas canciones, la gente se filtra entre los instrumentos para obtener un asiento más cercano al origen de aquello que escuchan. Termina la función. Se van a tomar una foto con unas niñas, ahora sí en la tarima. Me hago muy cerca de ésta porque tenemos afán en salir, mi amiga y yo, pues vamos a un concierto. Después de contarle lo que pasó con la falda, y de que ella en medio de la historia sea sarcástica con el hecho de que tenga una, salimos. Mientras camino, un hombre me toma por detrás muy fuerte y me obliga a seguir caminando. Trato de verle la cara pero no puedo, le veo los brazos, son morenos. Cuando cruzamos la puerta acerca su boca a mi oido y me dice: puta, eres una puta, me suelta y se va. Me quedo mirándolo, asombrada, lo reconozco, es alguien de la universidad. Se está riendo: se da palmadas en las rodillas.
Antes de que pueda pensar más en eso, de siquiera pensar en comentarlo con alguien, pasa Daniela rápido por mi lado y me dice que nos va a dejar el bus que nos lleva al concierto. Ella corre y yo hago lo mismo con un morral incómodo sobre la espalda. Sigo corriendo, siento que alguien me sigue y que está muy cerca. Siento su respiración, creo que jadea. No dejo entonces de mirar hacia atrás y claro, ya no soy capaz de correr tan rápido, no solo porque no pueda ver el camino sino porque tengo mal estado físico. Veo el bus más lejos, creo que mi compañía ya se subió, ¡puta!, si solo quien me está siguiendo dejara de hacerlo o se dejara ver o dejara de jadear o que fuera sorda... [No, a ver: estás corriendo para ir a un concierto, ¿bueno? eso último no es realmente una opción]
Sigo corriendo, veo el bus ya muy lejos, volteo con más frecuencia para buscar a quien me ha estado incomodando tanto, dejo poco a poco de correr y me doy cuenta, ahora que la respiración es algo más consciente, que soy yo la que produce el molesto ruido, soy yo la que respira fuerte, es mi garganta la que seca hace ruido...
Ahora lo que me molesta es la situación. Me levanto. Busco el celular para ver la hora y veo, veo que me han enviado un mensaje que [aún sin leerlo] me alegra.
*Obvio la foto no es mía y el título de la entrada tampoco: es el nombre de la foto, la primera.

miércoles, 30 de marzo de 2011

So you're someone unique, Uh?

No me aguanto cierto tipo de comentarios.

Eso que acabo de decir es, en parte, mentira: al final los termino oyendo, los aguanto, creo que perdí la facilidad para ser grosera. Digo, con ciertas personas.

Y oigo o leo, según sea el caso, sobre estremecimientos, sobre "activaciones sexuales", sobre falta de cordura, sobre sentimientos muy fuertes por un artista, enamoramiento leo en un caso...

Pregunto entonces qué es lo que ha hecho, que ha pasado para que se sienta así, le pregunto por lo que debería justificar el significado de las palabras que está utilizando.

- Nada, estoy… eee... comiéndome un pan o viendo una película o saltando en mi cama mientras oigo canciones.

A ver… [¡1, 2, 3...] No entiendo, porqué dice eso […4, 5, 6…] Mejor dicho, ¿porqué utilizar las palabras tan indiscriminadamente?

[¡…7, 8… Infinitos números no son suficientes!] Porqué putas me habla de sexualidad y locura para referirse a algo que está totalmente enmarcado en la cotidianidad. Porqué hacer comentarios de experiencias sexuales que nada tienen de sexual porque ni explorar quiere; y ¡de poca cordura? ¡Porqué robarle el sentido a las palabras de esa forma?

[No me gusta que una persona me comente que está loca, que no está cuerda o como sea que quiera hablar de sí misma; intuyo que es todo lo contrario y eso es un acto demasiado narcisista. Demasiado, incluso si estoy dispuesta a jugar de interlocutor para que el monólogo continúe. Ay!, si todavía recuerdo la respuesta de Danielita cuando le decía en el colegio que yo era generosa, me imagino que porque le regalé el último chicle o la última galleta que normalmente resultaba ser un tesoro para el dueño solo por eso: ser el último. La respuesta fue algo así como: a usted no le corresponde hacer esos juicios o, si es generosa, no es usted quien debería estar afirmándolo. Silencio después]

El que calla otorga.

-Pero le estoy diciendo que salto en la cama en la que duermo y, y…

[Mucho aprendí, aunque la persona siguió hablando. No soy más excusas, no tengo tiempo: hay que hacer más que lo que se dice]

jueves, 17 de marzo de 2011

lunes, 14 de marzo de 2011

Sí me merezco el título de 'babosóloga'. Sí, claro, experiencia y buen manejo de la sal no pueden ser en vano.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Bestiario, J.C

Perdón (me) releo, me reescribo.
Lejana.
Hay partes donde no sé qué pensar, partes en las que las palabras forman un espejo en el que me veo y leo y algo me recorre el cuerpo: "Yo apago las luces y las manos, me desnudo a gritos de lo diurno y moviente, quiero dormir y soy una horrible campana resonando..."
Se me ocurre que la mayor parte de este cuento describe la sensación de estar haciendo las cosas bien por no hacer parte del teatro que hacen los demás o al revés, sentirse mal por hacer parte del teatro.
Pero al final se paga el precio de sentir más, de imaginar por fuera de los marcos, del teatro que se vuelve rutina. Se paga el precio al no tener que imaginar las sensaciones porque ya no existe dualidad, ya no existen dos espacios, uno lleno de sensaciones que atesora y el otro lleno de normalidad con la que no está de acuerdo. Se paga la deuda cuando no tiene que imaginar las sensaciones porque solo éstas existen. Ya no son más el escape de la corriente, se han convertido en la única realidad. Y aunque hermoso, claro, ahora sí duele y no hay secretas ventajas.
"Todo lo pienso con la secreta ventaja de no querer creerlo a fondo...".

¿Sabe dónde está?

Frío

-'No, usted no me ha contado todo lo que ha cambiado' -responde a la pregunta con la que trato de darle el protagonismo de la conversación, me interesa que sea así.
Le cuento sobre los lugares en los que he estado, en los distintos lugares en los que he vivido sin que logre pasar a una nueva pregunta.
-Vuelve entonces: ¿porqué ha cambiado tanto?, ¿ha cambiado?
Solo hablar de lugares específicos: des lieus mais pas des places.

lunes, 7 de marzo de 2011

Loosing-myReligion

Anécdota

Sin querer, mientras pensaba en el nombre Felipe y en su diminutivo, pensé (en estas palabras) que no soy capaz de utilizarlo al hablar de Usted porque ni Felipe lo llamo; tampoco puedo decirle así a mi hermano, nunca lo hice y tampoco con algunos amigos; solo lo hago para preguntar por el mozo de mi novia. Hhhh!Uat?
Perdón, nononono, acuérdese que decía, al principio 'Sin querer', jajaja.

Penetrar

(Del lat. penetrāre).

1. tr. Dicho de un cuerpo: Introducirse en otro. Penetrar un clavo la madera. U. m. c. intr. y c. prnl. U. t. en sent. fig.

2. tr. Pasar a través de un cuerpo. Penetrar los rayos ultravioleta la piel. U. t. c. intr. y c. prnl. U. t. en sent. fig.

3. tr. Introducirse en un lugar. U. m. c. intr. U. t. en sent. fig. Las ideas ilustradas penetraron el país con rapidez.

4. tr. poseer (‖ tener una persona relación carnal).

5. tr. Dicho del frío, de los gritos, etc.: Hacerse sentir con violencia e intensidad.

6. tr. Dicho de lo agudo del dolor, del sentimiento o de otro afecto: Llegar a lo interior del alma.

7. tr. Comprender el interior de alguien, o algo dificultoso. U. t. c. intr. y c. prnl.

jueves, 3 de marzo de 2011

T

Anoche soñé que mientras estaba bajando unas escaleras, me llegaba un mensaje. Lo leía: "dos años después todavía la podría querer". Dejaba de bajar las escaleras, miraba hacia arriba y muy cerca estaba Usted, el emisor del mensaje. Me empinaba para darle un pico en la boca, solo un pico que Usted quiso hacer más largo y complejo cuando sentí su lengua chocando contra mis dientes.
Terminé de bajar las escaleras. Después vuelvo a subir y lo encuentro, lo beso, muchas veces, lo disfruto incluso más y después lo abrazo, huelo su cuello: jabón, nada del otro mundo, ahora hace parte del mío, con rótulo de imágenes para recordarlo. Ya está hecho.
Estamos en mi casa, en la que no conozco, Usted, subiéndose por el balcón al cuarto de mi hermano y yo en algún lugar dentro de la casa donde pueda verlo por la ventana. Voy hasta el cuarto del balcón que ha servido de puerta, no está solo el cuarto, mi hermano está tendiendo la cama. Acaba justo a tiempo: cierra la puerta y Usted entra, lo miro sentada en la cama, usted se sienta en una silla que está al frente y nos quedamos así, sin hacer nada más. Yo (imagínese), sin siquiera morderme los labios por que Usted ya no lo esté haciendo...
[Como todas las cosas quedan empezadas, a medio camino, no tengo razones para solo pensar en uno, ni siquiera el tiempo, con el que ya he dicho por ahí no me llevo bien, es una razón de peso para decidirme. Usted sí que encierra nombres distintos]

domingo, 27 de febrero de 2011

Advertencia

No, absténgase, no me diga nada de esas cosas que cree que siente por mí, no me diga porqué le gusto y no me haga decirle que no siento lo mismo y que incluso así podemos ser amigos. No me diga nada, se lo advierto, después, como siempre, me desquicio y cuando más me siento sola empiezo a tomar retazos de esos momentos que creo justificados solo porque sucedieron [anacronismo] y creo sentimientos en busca de situaciones ya imposibles.

Eso, que sean imposibles [vieja cobarde!], debe ser lo que me da el espacio para quererlo todo.

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¿Y si el amor es egoísta soy yo la más generosa?

domingo, 20 de febrero de 2011

Reticencia

(Del lat. reticentĭa, de retĭcens, reticente).

1. f. Efecto de no decir sino en parte, o de dar a entender claramente, y de ordinario con malicia, que se oculta o se calla algo que debiera o pudiera decirse.

2. f. Reserva, desconfianza.

3. f. Ret. Figura que consiste en dejar incompleta una frase o no acabar de aclarar una especie, dando, sin embargo, a entender el sentido de lo que no se dice, y a veces más de lo que se calla.

viernes, 18 de febrero de 2011

Sobre el respeto

"Con todo respeto, usted es un hijueputa" [Crónicas de un paro]

viernes, 28 de enero de 2011

SinMetáforas

Siendo Manizales un momento de revelaciones, espacio y tiempo en el que descubro la brecha entre lo que pienso, lo que creo real y La realidad; no deja de ser por eso, por el hecho de que su moraleja haya sido esperar [con los brazos abiertos] sólo de los incondicionales, más cálido que Bogotá que me recibe en una esquina del centro escupiéndome a la cara.
Para compensar, depronto el pelo y una mejilla me brillen más ahora.

jueves, 20 de enero de 2011

T<->P

No me gusta lo que me adscriben, las características que utilizan para clasificar a una mujer, para hablar de mi. No me gustan. Incluso si soy capaz de hacer parte de la definición, incluso si me merezco la palabra (siempre habrá un caso en el que, siendo la responsable, cumpla con las condiciones de la palabra y la persona que la dice), no me gusta. No soy ESO, aunque ESO pueda ser ciertamente una parte. Y bueno, los que las usan no tienen la culpa: he sido capaz...
Entonces ni alebrestada ni calmada, ni terca ni pasiva, ni relajada ni obsesionada, ni tierna ni seca, ni conversadora ni callada, ni borracha ni juiciosa, ni fácil ni difícil, ni cobarde ni valiente; ni buen ejemplo ni antiejemplo.
No soy ningún absoluto, solo logro ser partes, fragmentos que sean capaces de vivir esto que resulté siendo...