Hiding place

Hiding place
Hide me from any, sorry! everyone

jueves, 19 de mayo de 2011

Nuevamente, me encuentro escribiendo estando triste. Pienso que no es justo con la felicidad, no tiene tantas entradas, ni tantos recuerdos en este lugar. Pero creo que es mejor, no porque sea depresiva, nono; sino porque, eso, que escriba más estando triste que feliz, puede querer decir que disfruto los momentos felices y escribo sobre los tristes para tratar de darle un orden a lo que se revuelve dentro de mí, para hacer una sombrilla de letras: eso es esto.
No terminé la entrada, decidí también vivir el momento triste. No sobra escribir que la tristeza fue incondicionalmente acompañada y compartida por personas que confían en mí de tal manera que no tengo opción distinta a esperar cosas mejores, que no me queda opción sino confiar, aunque me cuesta y no sé por qué, en lo que pueda hacer. Deben ser esas ganas de llevarle la contraria a sus mayores, la rebeldía. Na, estoy jodiendo, agradezco la compañía constante, la entrega irrestricta por facilitar el camino, por permitirme ver la apertura de ciertas puertas, que al final se cerraron en la cara: Muy bien, pero... (maldito 'pero' que te tirás todo lo bueno: 0 y van 2!). Te esperamos en una próxima ocasión, la cara de lo siento, pobre, ah!, todo bien, que yo ya pasé por esto anoche, relajate, sin palmadas en la espalda, sin lástima. Bien, bien vieja, que las cosas no son tan fáciles-que nunca lo fueron, no esta vez- que habrá mejores momentos...
Y sí, tú que tienes la posibilidad de creer las cosas con tal fuerza que se vuelven realidad, al otro día se abrió otro marco por el que paso, contenta y asustada al mismo tiempo.
Al final, no hay nada de raro en que sea tan familiar, de que me encante navidad y pasar un rato con ellos. Resultan, a veces, momentos realmente auténticos. Y por eso, por eso vivo yo.