Hiding place

Hiding place
Hide me from any, sorry! everyone

sábado, 30 de abril de 2011

[Y siempre es mejor hacer que escribir.
Si alguien habla de la importancia del ejemplo, no está hablando más que de eso: de mostrar antes que de hablar.

lunes, 4 de abril de 2011

Demasiado fuerte

Demasiado fuerte todo: las sensaciones, las posibilidades: lo definitivas, la situación: la descripción, lo inesperada, tu que lo que estás viviendo.
Espero todo salga bien. Aunque 'bien' en estos momentos parezca no tener digno representante.

domingo, 3 de abril de 2011

Succumb to my desire

Estoy en la cama, dando vueltas, entre dormida y despierta. Queriendo estar más dormida que despierta aunque la cobija no sea suficiente para impedir que me dé frío. El hecho de que no tenga pantalones aumenta esta dificultad.
Me despierto finalmente, y me pongo un pantalón que era de mi hermano, alguno de uno de sus colegios. El cuarto en el que estoy parece más grande, está distinto. Cuando miro más de cerca me doy cuenta que no hay un balde que justo la noche anterior utilicé para lavar una falda que ya no recuerdo cómo se ensució tanto. El balde no está. Entro al baño y encuentro la ducha, con una división que me llega hasta la cintura. La ducha, que ahora parece un pozo, está llena, con la falda ahí, todavía en la superficie por no estar lo suficientemente mojada para hundirse más.
Salgo del cuarto y voy a la cocina, a almorzar. Como maní. Después vamos a un concierto donde no hay una clara diferenciación entre los músicos y aquellos que solo escuchan. El auditorio, aunque tiene una tarima frente a la cual se elevan diagonalmente varias sillas, no es usado de manera que estén separados artistas y audiencia. Veo cómo, mientras tocan, interpretan ciertas canciones, la gente se filtra entre los instrumentos para obtener un asiento más cercano al origen de aquello que escuchan. Termina la función. Se van a tomar una foto con unas niñas, ahora sí en la tarima. Me hago muy cerca de ésta porque tenemos afán en salir, mi amiga y yo, pues vamos a un concierto. Después de contarle lo que pasó con la falda, y de que ella en medio de la historia sea sarcástica con el hecho de que tenga una, salimos. Mientras camino, un hombre me toma por detrás muy fuerte y me obliga a seguir caminando. Trato de verle la cara pero no puedo, le veo los brazos, son morenos. Cuando cruzamos la puerta acerca su boca a mi oido y me dice: puta, eres una puta, me suelta y se va. Me quedo mirándolo, asombrada, lo reconozco, es alguien de la universidad. Se está riendo: se da palmadas en las rodillas.
Antes de que pueda pensar más en eso, de siquiera pensar en comentarlo con alguien, pasa Daniela rápido por mi lado y me dice que nos va a dejar el bus que nos lleva al concierto. Ella corre y yo hago lo mismo con un morral incómodo sobre la espalda. Sigo corriendo, siento que alguien me sigue y que está muy cerca. Siento su respiración, creo que jadea. No dejo entonces de mirar hacia atrás y claro, ya no soy capaz de correr tan rápido, no solo porque no pueda ver el camino sino porque tengo mal estado físico. Veo el bus más lejos, creo que mi compañía ya se subió, ¡puta!, si solo quien me está siguiendo dejara de hacerlo o se dejara ver o dejara de jadear o que fuera sorda... [No, a ver: estás corriendo para ir a un concierto, ¿bueno? eso último no es realmente una opción]
Sigo corriendo, veo el bus ya muy lejos, volteo con más frecuencia para buscar a quien me ha estado incomodando tanto, dejo poco a poco de correr y me doy cuenta, ahora que la respiración es algo más consciente, que soy yo la que produce el molesto ruido, soy yo la que respira fuerte, es mi garganta la que seca hace ruido...
Ahora lo que me molesta es la situación. Me levanto. Busco el celular para ver la hora y veo, veo que me han enviado un mensaje que [aún sin leerlo] me alegra.
*Obvio la foto no es mía y el título de la entrada tampoco: es el nombre de la foto, la primera.