1200mordiendoLAS

Hoy fui víctima de una gota, de la hermenéutica otra vez... mmm... no, así no fueron las cosas, fui víctima de varias, de la lluvia que cae fuerte y moja, de esa que hace más pesado los pasos, de esa que forma charcos profundos que arrancan de nuestra garganta maldiciones, la impotencia, el cansancio, el sueño; víctima de esa lluvia que se evapora fácilmente por el calor que genera el tener que correr para no derretirse debajo de las nubes grises y un tanto pesadas que amenazan con aplastarnos, y entonces decidimos subirnos a un pedazo de metal, incómodo y húmedo, que insiste en aparecer para que volvamos a casa a dormir, para volver a empezar... pero esas gotas que parecían tormenta con cada palabra que escuchaba o que trataba de decir, no eran de las que caen del cielo para bendecir la tierra y arrebatar palabras “malditas” de la boca “des citoyen” al igual que caras largas y gachas de humillación, de rabia, de egoísmo para no caer en el abismo de los sueños, no, esas no eran las gotas que me mojaron hoy, no sólo esas... (que además amo, porque se puede ser víctima del amor también) mientras el sol brillaba y quemaba mi piel, dándole una cálida sensación de compañía, mis ojos otra vez fueron la salida más cercana que encontraron mis sensaciones... pero de lágrimas secas, porque eran invisibles, cómo decirlo? Secas por mi garganta, por mis ganas de hacer el envase cada vez más grande y espacioso... tal vez tenga suerte con eso de morderlas hasta matarlas, pero muertas mojan más, y a veces siento que me hincho, que me lleno de agua, a veces me siento más sensible que siempre... pero ese día todavía no llega y aún puedo escribir sin tener que mojar mis ojos y mis manos...