Por un tiempo pensé que los libros tenían un efecto agregado en sus dueños, en los que además de tenerlos, los leen. Es decir, que las personas que leían estaban por encima del resto. Pensé que entre más leían, mejores personas podían ser. Ciertas cosas me han mostrado que no siempre es así, y que incluso los que más leen son los más lisiados para tratar de escribir algo fuera del papel, su propia historia, impedidos para ser protagonista y no lector o narrador, para merecer aunque sea una línea en el papel. Es más, terminan muchas veces, confundiéndose con la “masa iletrada” de la que se ríen, esa que no sabrá cómo pedir un café por el que pagarán tres veces su precio…
[IDon’t like those places].
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I agree
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