Bogotá ha cambiado. Me escupe todos los días, de a poquito, no deja que esté seca. Nunca. Si me lavo las manos, no deja que las seque y si dejo de lavarlas, las moja sin que me de cuenta.
Si su cielo escupe, su gente quiere ser más cálida. Creo que es la forma en que esta ciudad encuentra el equilibrio que uno solo reconoce cuando logra llegar a un lugar, a la cajita del hamster o de fósforos... mejor fósforos, mucho mejor vivir en una caja de fósforos.
Entonces, se da cuenta que hay un equilibrio. Me doy cuenta también, que esta es una ciudad de roces.
Hay roces cuando maldigo constantemente, cuando miro feo primero, para dejar de mirar después, cuando camino tratando de mantener el equilibrio, cuando, sin darme cuenta del error, miro demasiado, con detenimiento (no necesariamente con asombro) a la cara, a los ojos de cualquiera; cuando no me gusta lo que me dicen y reacciono de manera brusca y no levanto el pulgar sino el corazón y me da miedo y camino más rápido...
Un lugar donde todo se toca, se roza, un lugar donde, sin necesidad de intimidad se intercambian fluídos; sin necesidad de palabras, se comparte el aire que caliente parece haber salido de una boca, que inexistente, estuviera hablándole cerca y de frente; donde llueve si hablan y la mano, a la que nunca le dejan estar seca, trata de esparcir bien la saliva; donde sin una voluntad expresa de los participantes, estos pueden (de hecho lo hacen) ponerle la ingle a alguien más en la cara.
Donde se sonríe sin dientes para no dar papaya de que se los roben.
Si eso no es rozar, "pasar tocando y oprimiendo ligeramente la superficie de otra o acercándose mucho a ella", si estar en Bogotá no es rozar los sentidos, rozar todo lo que le enseñaron, rozar el significado mismo de intimidad, pudor y estética, entonces supongo que tendré que pasar al ejemplo de probar algo ensuciando uno de los dedos para llevarlos a la boca, hasta sentir la lengua.
5 comentarios:
Uy, sos capaz de vengarte ahí mismo, no?
¡Bonito regalo, ciudad de mierda!
Después de todo, se encarga de enseñarle a la gente a sentirse afortunadas de respirar y ya, sin importar qué respiren...
Todavía estoy en el camino, esperando mejores golpes: algo más valiente.
Pruebas irrefutables:
http://www.youtube.com/watch?v=Lva5qT3Ea48
http://www.youtube.com/watch?v=8u4MdcHl_cg&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=UDbvLLVSSj8&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=7GIJROmwjSU
Que no se acuerde, eso ya es otra cosa.
"Anónimo", tiene razón. Esa otra cosa es mi memoria llena de lagunas.
Gracias por el material para ayudar a secarlas.
Con mucho gusto.
Mi defensa: Pedí todo el concierto una canción que no cantó, fue media verónica.
Pierdo los detalles de lo que más espero.
Esperar no parece saludable.
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