La herramienta con la que podemos dar a conocer lo que pensamos. Lo que nos permite pensar, organizar ideas, poder crear otras. Siempre pasa que, escribir, además de ser una forma de catarsis, es la mejor forma de ordenar las ideas y poder hablar de ese mismo tema con más claridad. Tanto…
No solo ayudan a organizar ideas, son capaces de representar cosas inexistentes [aún] y ser el soporte de aquel que creyéndose incapaz de cambiar este mundo, decida crear uno más bello y sin tantas desilusiones a partir de descripciones en un papel que den forma a aquello que solo está en su mente. Tanto...
Son el gancho, el anzuelo con el que nos atamos a la realidad, al futuro y al presente, el gancho que nos permite acercar la brecha que existe siempre entre la intención de hacer algo y que eso se haga efectivamente. Tanto…
Son el punto común, lo que siendo público permite comunicación, y a la vez, permite diversas interpretaciones de manera que cada persona pueda usarlas para acercarlas y hacerlas más íntimas. Tanto...
Símbolos que tratan de representar, de manera exitosa o no, sensaciones, realidades enteras, mi mundo, el suyo y el que compartimos. Créalo o no, no siempre son el mismo, hardly ever. Tanto...
También viven, a veces creen ser lo suficientemente independientes y no les basta representar mundos, ser el medio que une distintos significados (a través de las definiciones), y son significados ellas mismas: transmiten no solo lo que representan sino todo aquello que el contexto y quien las utiliza pueda añadir o restringir a la idea inicial. Tanto...
Las palabras consuelan, aman, incluso a veces te abrazan, te atan a este mundo y a los demás de distintas maneras que siempre sobrepasan cualquier descripción. Tanto y tan poco...
Y solo eso, palabras, herramientas que sí, provocan infinitas cadenas de causas e influyen constantemente en lo que pasa en el mundo; pero incluso así, solo palabras. Así, no se hace la revolución solo diciéndola ni se ama u odia solo con pensar, decir o escribir estas palabras. Las palabras resultan ser anzuelos que no garantizan nada porque no son infalibles. Tan poco...
Además, el hecho de que sean públicas muchas veces logra reducir su capacidad de representación. Cuando se olvida el objetivo, la pretensión de las palabras, y se las usa por inercia, costumbre; entonces dejan de representar. Decir que estás bien entonces, no representa que de hecho lo estés y en cambio, se convierte en una forma de seguir el día y empezar conversaciones sin-sentido. Tan poco...
Incluso así, reconociendo que cuando las palabras se utilizan sin pensar en su significado se devalúan porque ya no se diferencian entre ellas; éstas, las palabras, siempre están representando algo más, no su significado sino las intenciones de quienes hablan. Intenciones desnudas pero inconscientes. Esto, de ser verdad, de albergar visos de verdad, no sé que tanto o qué tan poco podría considerarse, imagino que ambas, como el resto de las afirmaciones...
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