Hiding place
jueves, 21 de mayo de 2009
Reconstructive.
Qué puedo sentir? El regalo estaba hecho desde hacía mucho tiempo, pero hasta ahora me pregunto si lo entenderá, si lo decepcionará la ambigüedad en la que caigo tratando de madurar a palos. Quisiera que me describieran con muchos detalles, sin que se escapara el más mínimo de la escena: qué pasó antes, durante y después, cuando lo abrió ya sólo, en su cuarto… trataré de recordar lo que iba en ese sobre manchado de colores que mis dedos torpes habían tratado de organizar creando letras en orden donde se entendieran palabras que nunca fueron fáciles de decir y aceptar en esta auto terapia en al que me mantengo. Iba mi cabeza, se la mandaría por partes para hacerlo menos doloroso, pero más trágico. Cómo? Alejando el final de a poquitos para no dejar de aferrarme a la esperanza que aunque dice que no es saludable, permite que yo siga aquí riéndome y siendo feliz a raticos. Usted lo sabe, a mi me emocionan las cosas simples, me hacen feliz tan fácil… y poderlo compartir, bueno… eso solo mejora las cosas.
“fue discreto y lo guardó… lo vi entre asustado y emocionado” me muero por transcripciones como estas que describan lo que ahora está pasando. Lo más probable es que no aparezca ante usted más que como una carta de un niño de transición que no quiere a sus papás porque utiliza citas y que ciertamente no tiene habilidades en el arte. Pero después de haber pensado en muchas cosas, lo único que hice fue sellar eso, mucho, porque solo era para usted, junto con el vacío que sentía en mi estómago y las imágenes ante mis ojos, para mandarlas en manos ajenas pero confiables, hacia las suyas, esperando ser de alguna ayuda.
Hay mil cosas que podrían haber sido, fotos, cartas interminables, dibujos, videos…
No recuerdo ahora si la otra herramienta la metí en el sobre, creo que no, pero sigue siendo importante, un cigarrillo, el acompañante de ese regalo no puede ser distinto a algo que se consuma después de prenderse, tan rápido como eso. Creo que al comprarlo para meterlo dentro del bolsillo, decidí fumármelo yo… y era lo mejor, debía calmarme… algo, para poder cerrar sin que se dieran cuenta de la cinta y las mil cosas que tuve que hacer para cerrarlo sin echarlo a perder. Ahora no sé, si estaba echado a perder desde que lo pensé…. Por ahora, solo quiero esperar a que algo más benévolo que las posibilidades que visualizo tomen lugar allá lejos donde ya no hay luna.
Hoy, justo hoy me dijeron que lo único que puede hacer, quien da un regalo, es llegar hasta ese punto, darlo y ya. Sin esperar que lo entienda, que lo guarde o que atesore lo que usted ya atesoró creándolo… y bien, creo que mi trabajo ya había finalizado hace tiempo entonces, es su turno-… déjeme saber cuándo vuelve.
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2 comentarios:
Uh... algo curioso.
Es bueno que con cosas como esas solo esperemos algo de nosotros mismos. Como usted dice, quien da un regalo solo puede llegar hasta ahí.
Así que no crea: haberlo hecho, haberlo mandado y que lo haya recibido ya es bastante... incluso a veces puede ser suficiente.
Es un buen ejercicio, dese por bien servida. Un saludo.
Gracias por comentar.
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