Hiding place
viernes, 28 de marzo de 2008
¡Qué ironía, las marionetas y los lápices, ambos son de madera!
Una conversación, un diálogo, es otra forma de ordenar las ideas si se hace de una manera más o menos coherente, más o menos interesante y más o menos real.
La hoja es el reflejo de mis preguntas hechas respuestas, o tal vez la hoja y el lápiz pueden ser cuando se unen alguien más? es decir, puedo tener diálogos?, ó son todos parte de mi imaginación, de mi capacidad creadora que algunas veces es lúcida en compañía de la luna, cuando no veo nada más que las estrellas quemándosen. Necesidad? Ocio? Masturbación? un mundo paralelo creado por la oscuridad y la manía de soñar despierta. Realidades en las que sueño con los ojos abiertos, sonámbula, pero misteriosamente viva.
Noches por fin más largas que el invariable ritmo de los segundos, más larga que los parpadeos que resumen la noche. Noches... fábricas de nubes que parecen ir demasiado alto porque evaden las raíces con las que me enredaba, la trampa para que mi asesino pudiera cumplir su objetivo después de caer...
Quien se atreva a soñar con su asesino dotado de manos y una boca que hacen sangrar a punta de dolores prolongados y repetitivos por falta de filo. De un filo como el de los dientes con los que se muerde la lengua, para que el sabor a sangre A- abra los ojos y "despierte" sin dejar que llegue la muerte por el posible derrame interno, porque prefiere seguir agonizando.
Quien lo haga, quien a pesar de sentir miedo decida seguir su agonía, incluso en los espacios donde la tentación puede jugar con las sensaciones; quien no necesite de máscaras valencianas para sentirse alguien; entonces será un sujeto existente dentro de la caja de marionetas dirigida por acuerdo general, al infierno.
Ese quien, será el lapiz que no tiene quién le escriba, porque ya aprendió a escribir sacrificando siempre la cabeza, la suya.
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