Hiding place
domingo, 2 de marzo de 2008
Más 5 decía, pero eran 6
Sé contar, 1, 2, 3, 4, 5, sé cuánto es eso, sé que la noche es normalmente para dormir, sé que tiene poco tiempo, sé que está cansado, sé que está enredado en esa burocracia a la cual quiso pertenecer, sé que lo que menos quiere es oír lo que tengo para decir, dejar que le ayude a describirle los recuerdos que ya no ve porque los ahogó; pero para su infortunio, yo no sabía que sentir podría traerme tantos contratiempos, que descubrir sentimientos por otros era tan complicado como querer contarlos, y que además no dejaría de quererlo.
Me encanta creer que está más cerca porque le puedo "hablar", porque a pesar de parecer un monólogo, usted tiene respuestas... respuestas que me hacen sentirlo cerca después de creerlo un completo desconocido porque las formalidades se llevan los primeros momentos buscando... nos.
Y después de encontrarlo, no importa cuanto me recuerde el desfase de horarios, yo sigo preguntando, pidiendo, mostrando y leyendo. Toca esperar un rato a que la excitación me pase, para poder esconder la alegría y conformarme con decirle la verdad reducida en tres palabras, tres palabras que han perdido su valor porque han sido convertidas en muletillas, en el paso hacia la necesidad de sonrisas falsas de la mano de picos sonoros. Pero yo no puedo sonreír le, ni darle picos, sólo sonidos que siguen siendo vacíos porque no está frente a mi.
Las pantallas, el muro en el que lo acusaba de esconderse para decirme las cosas... también lo utilicé. 1, 2, 3, 4, 5 , un punto . No quiera ser preciso, no quiera evitar quitarme tiempo, siempre lo hace, mi culpa.
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