No me quiero sentir así, no quiero, quiero tener claro lo que siento, no quererlo llamar o que si no me aguanto me conteste, o que si no me contesta sea porque no puede y que si no puede no sea porque está con una vieja y que si está con una vieja no sea la novia porque ay, qué impotencia, qué falta de control el mío sentirme así si me imagino los peores casos... Habrá que hacerle la pregunta sin querer oír la respuesta, habrá que preguntarme porqué me gusta Usted, porque Usted me volvió a buscar, porque fue Usted, porqué busqué yo el momento, porqué no le digo nada más, que tal vez no explique nada, no justifique algo.
A mi la gente se me sale por los ojos, por los lagrimales, a través de ese agua salada. Y entonces, a falta de un tubo de succión o un hueco en el pecho que liberara la presión que sentía por tantas cosas y queriendo que no sea por ninguna, están las lágrimas que duelen cuando salen por no quererlas, duelen por no aceptarlas y no entenderlas... Pero así como cuando se limpia una herida y duele mientras sale espuma, después empieza a sanar... Me siento un poco más libre, más tranquila por finalmente aceptarlas.
Sigue el compromiso, sin embargo, con lo auténtico, así incomode un poco no encontrarlo justo cuando más creo que lo necesito. Mientras tanto, sigo al lado del cañón por esta decisión que vuelvo y renuevo.
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