He pensado mucho sobre eso y no hace tanto que leí la entrada. Usted no sabe exactamente porqué y yo, yo menos, querida. A veces, aunque eso produzca una envidia que ha llamado ‘de la buena’, y que no dudo en absoluto que lo sea; es tormentoso. Le diré porqué, le escribiré, ya que ha resultado más fácil hacerlo por este medio. Tormentoso porque estoy más que convencida que la vida no se trata de ser independiente. Sin embargo, no dejo de encontrarme buscando independencia: “a mí que no me vengan a joder pues!”. Supongo que el hecho de no saber si uno es libre completamente está ligada a esa discordia que he visto, sentido mejor, existe entre querer independencia, querer saber, conocer aunque sea quién soy, poder SER, no producto de situaciones que condicionan Y la convicción de que la vida no es sino eso, estar atravesado por todo lo que creíste te rodeaba, así, por fuera. En todo caso admitiré que tampoco tengo claro por qué sigo estéril en ese ámbito emocional. Se me han atravesado varias posibles opciones, justificaciones y hasta soluciones que no terminan siéndolo; pero nada, lo siento, no siento.
Pedí una vez que me esperaran y me dijeron que era egoísta y miedosa. Bueno, quién sabe… Mierda! si yo hablo de esto con otras personas, por los laditos, claro, y no, los consejos dejan de correr en la situación de la que hago parte simplemente porque no me identifico con las palabras utilizadas, las sensaciones descritas. Nada. Sobre todo porque son consejos basados en experiencias enfermizas o dolorosas para quién las comparte que hacen referencia a amores de colegio, de adolescencia, de creer en un montón de cosas en las que realmente nunca creí. Me salté esa época, maldita sea, me la salté y estoy al otro lado de las situaciones dolorosas-amorosas sin haber de hecho cruzado charco alguno. No sé si me haga entender… A veces me da miedo, pero me tranquilizo cuando sigo de pie y pienso que sí, yo debo tener un corazón y un cerebro para poder estar acá y estar siquiera pensando esto. Me parece muy raro que no haya encontrado a nadie que me enloquezca, que me quiera por la mierda y no porque haya logrado llenar una lista de control que este tipo tenía en mente de ‘La chica’. Ay, no sé, tengo averiado ese espacio, si es que tiene alguno, y no se trata ya de parar las cosas, que antes pensé que era ésa la razón por la que nada, sino porque simplemente no se dan, no me he topado con nadie que me mueva el piso de tal forma que prefiera quedarme acostada. Ya no creo que se trate de miedo, por lo menos no miedo a que me lastimen y ese tipo de sandeces. Sandeces, digo, porque precisamente no me ha tocado, miedo a qué, a algo que no conozco si no a través de historias ajenas? No way, hace rato que decidí que eso no era nisiquiera razonable, se imagina? no vivir mi vida por lo que ya han vivido otros, OTROS?! Se trata de, ahhh, de una cosa ahí borrosa. Tormentosa la situación, teniendo en cuenta las proporciones que deban tenerse en cuenta, porque quisiera vivirlo, ¿me entiende? Pero yo sé que no, no puedo forzar las cosas, no puedo pretender que amo a alguien cuando es cosa de calentura, o cosa de amigos, o cosa de dos minutos que si son más me cansa… Eso que Usted llama cordón umbilical emocional es, por definición, creo yo, inforzable. Tiene razón entonces: I'm in-the-pendiente…
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