Hiding place
jueves, 24 de julio de 2008
Sin ti oveja, no somos rebaño.
Hoy me dueles, me duele no tener la capacidad de imaginar el esfuerzo en vano, me duelen tus lágrimas, me duele tu miedo, me duele ser fuerte, me duele no poder abrazarte, me duele que quieras demostrarnos, me duele la entrega, la lucha, la derrota, me dueles mi niño, me dueles tanto. Me dueles sin necesidad de la lástima, me dueles porque te quiero y te creo, sin pesares; sólo sollozos niño, sólo eso y el tiempo. Hoy tal vez escribas la historia que hacen tus ojos arder y el agua caer, hoy la noche vendrá y te arrullará en mi nombre niño.
Te abrazará el silencio y te cobijará un espejo.
Creo que necesito. Quiero escribir, pero es que me mueve y no parezco estable, y no consuelo a nadie. Y encaro la parte de la realidad que me duele mirar y que soy incapaz de cambiar.
A veces creo encontrar soluciones, pero solo creo máscaras, capas que las cubren y simulo muertes y creo una obra de teatro incompleta, y me duele el alma despierta, y se esconde detrás de sus manos, y se avergüenza de tener que cargarlo.
Quisiera odiarlo, solo para dejar de esperarlo.
Escupo lágrimas, lloro saliva.
Y lo pienso y respiro, y me trago su imagen y vomito cariño.
Cariño, no es tan fácil llorar después de que las domestico para que cuando crean sentirse vivas se suiciden dentro de mi; pero entonces tal vez llegue la reencarnación y todo en la superficie será incapaz de ser guardado nuevamente, las puertas se abrirán en forma de piernas, depronto ojos, y temeré al silencio, y se ahogará conmigo.
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