Un carro, un carro en el que estamos mi papá, mis hermanos y yo. El carro se queda sin frenos y todos sabemos que nos vamos a morir. Decidimos contabilizar el tiempo que nos queda y jugamos cartas mientras bajamos por la montaña, seguros de que no queda mucho tiempo. Me acuerdo de unos espejos y unas cartas que un amigo me dio detrás de unas cortinas mientras me cogía la mano. De un momento a otro el carro para, de la montaña caemos a la calle que perpendicular impide que sigamos bajando.
¡Qué malos somos con las predicciones!
Todos salimos y miramos el carro que amenaza con explotar por los daños de la brusca bajada por la montaña. Mientras miro, esperando ver el fuego que consuma el carro rojo y sin frenos, un policía llega y me dice que tengo que recoger las cosas que están dentro de ese carro: el morral de Sergio, el ipod y un cuaderno. Obediente me dispongo a hacerlo.
Me acerco al carro y me agacho para buscar eso que tengo que sacar. Miedo, no encuentro nada y tengo que acercar mucho la cara a la parte que espero explote, muevo las manos… ¡Nada! Puto policía, me salvo del choque, pero no del destino, no? Veo el ipod en la parte de adelante, en el piso cerca del acelerador, y el morral lo siento debajo de la silla donde siempre se sentaba mi mamá.
Bueno, puede ser que me salve, recojo el ipod y siento la cara caliente…
Ahhh… ahora el morral de niña. Meto la mano debajo de la silla pero no lo alcanzo, qué tan larga es una silla? No es una pregunta que me importe. Lo único en lo que pienso, lo único que se me viene a la cabeza es lo que creo vería por última vez, una explosión de colores amarillo, rojo y blanco.
El carro suena más, siento la cara más caliente, muevo los dedos desesperadamente, cierro los ojos, creo que ya no es necesario pensar en la imagen porque ya casi la podré ver, pero igual, insisto en alargar un poco el tiempo. Lo agarré, agarré el plástico del morral, ahora sólo saco el brazo de ahí y corro, abro los ojos. Tomo aire… La imagen resultó ser sólo blanca.
Abro los ojos nuevamente. Despierto, respiro.